La movilidad eléctrica está ganando terreno en Argentina debido al aumento del combustible y el transporte público. En 2022, se vendieron 7.840 vehículos eléctricos e híbridos, de los cuales 1.930 fueron motos eléctricas. El parque de vehículos eléctricos creció a un ritmo anual del 22%.
Dentro de este segmento, las motocicletas eléctricas han despertado un gran interés. No solo por el costo de carga de la batería, que oscila entre $120 y $180 cada 50/60 km, sino también por la conveniencia de cargarlas en la red eléctrica domiciliaria existente.
Para obtener información sobre el potencial de ahorro con una motocicleta eléctrica, nos pusimos en contacto con ECOPRANA, una empresa que comercializa vehículos eléctricos en Tucumán.
Según nos indican, la diferencia de precio entre motos eléctricas y de combustión no es significativa y además el ahorro puede llegar hasta el 70% anual en desplazamientos urbanos, considerando el consumo y el mantenimiento.
Comparando modelos como la Sunra LEO eléctrica ($2.020.000) y una Honda WAVE ($ 2.350.000) se evidencia un ahorro considerable en el uso de la moto eléctrica, tanto en el costo de energía como en el mantenimiento. La moto eléctrica LEO de Sunra tiene un costo de carga de aproximadamente $150 cada 50 km, mientras que una Honda WAVE a nafta cuesta de $2,170 pesos.
Con estos valores, y con un uso de alrededor de 15 mil kilómetros al año, la diferencia es notable: con la moto a combustión se gastarían poco más de $651.000 en nafta, mientras que con la moto eléctrica se desembolsarían alrededor de $45.000, es decir, menos de $3.800 mensuales.
El ahorro con una moto eléctrica va más allá del costo de la electricidad frente a la nafta, ya que también se beneficia de un menor gasto en mantenimiento. Mientras que una moto a combustión requiere revisiones periódicas, cambios de aceite, bujías, filtros y otros repuestos, la moto eléctrica necesita menos atención. Además, al no tener componentes como carburador, bujías o embragues, el mantenimiento se reduce considerablemente. Solo se recomienda realizar un chequeo de frenos y estado de la carga cada 5.000 kilómetros.
Este aspecto se suma al atractivo económico de las motocicletas eléctricas, pues al reducir los costos de mantenimiento, el ahorro a largo plazo se hace aún más evidente en comparación con las motos a combustión.
Finalmente, un vehículo eléctrico también tiene un beneficio para la ciudad, ya que no produce emisiones contaminantes ni ruido del motor, lo que lo hace más amigable con el entorno, según señalan en ECOPRANA.
Ante estas consideraciones, ¿por cuál opción te inclinarías: una moto eléctrica o una de combustión?