Hace un mes, el Gobierno nacional anunció la apertura de importaciones para productos de la canasta básica al señalar que se detectaron «subas de precios por encima de la inflación». La medida fue implementada a través de una Comunicación del Banco Central que dispuso facilidades para el acceso de divisas a 150 productos de la canasta básica. Al mismo tiempo se le sumó AFIP suspendiendo pago de impuestos por esas importaciones. ¿Pero qué se sabe hasta el momento?
Antes del anuncio del Gobierno, ya había productos importados en las góndolas. Sin embargo, es importante destacar que comenzaron a llegar en mayor cantidad en una primera etapa, principalmente de países de la región como Brasil y Uruguay.
De acuerdo a una investigación realizada por el medio digital Ámbito, los precios de los alimentos importados varían ampliamente: mientras que algunos compiten a niveles similares a los productos locales, otros, especialmente los de categoría gourmet, tienen diferencias de precio de hasta el 15%.
El Gobierno tiene como objetivo ampliar la oferta de alimentos importados para evitar la cartelización y fortalecer la competencia, según la Secretaría de Comercio, que ha estado colaborando con la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Aunque se espera que esto tenga un impacto en los precios y, por ende, en la inflación, muchos sectores, especialmente las pymes, temen por sus negocios.
Según un comunicado reciente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), «abrir las fronteras para permitir la importación masiva de productos terminados solo tendrá un efecto real: importaremos trabajo de países que sí apoyan a la industria, lo que significa que eliminaremos puestos de trabajo locales y afectaremos a las pymes». Han solicitado regulaciones en el comercio exterior para evitar una apertura indiscriminada.