Como Sísifo, Bitcoin subió el martes a la montaña, tocó el cielo con las manos, y, luego, cayó estrepitosamente 8%. La criptomoneda con mayor capitalización de mercado superó este martes los u$s 69.000, su máximo valor histórico, para luego retroceder hasta los u$s 63.000.
El miércoles se recuperó levemente y operaba por encima de los u$s 65.000.
El «All Time High» fue efímero, pero el ciclo alcista aún tiene al halving de abril entre ceja y ceja y los analistas esperan que vuelva a subir.
El impulso de los ETFs de Bitcoin, los Fondos Cotizados en Bolsa que ofrecen grandes fondos de inversión en Wall Street, disparó el precio de la criptomoneda. Con ese impulso, Bitcoin tocó su máximo histórico, sin que se haya puesto en juego todavía masivamente el volumen de compra del retail, el mercado general de pequeños inversores.
Mientras Bitcoin retrocedió ante la toma de ganancias de inversores que esperaban alcanzar el techo histórico de su cotización, Ethereum trepó ayer 2%, cotizando por encima de los u$s 3600.
Con la expectativa de la aprobación en mayo de ETFs de esa cripto, la industria apuesta porque alcance y, eventualmente, supere su cotización más alta, que fue de u$s 4721. «La industria está haciendo predicciones muy positivas sobre Ethereum. Su narrativa limpia y respetuosa con el medio ambiente es atractiva para Wall Street y para el mundo corporativo, donde el tema de los créditos de carbono va cobrando peso», explicó Sebastián Serrano, CEO y cofundador de Ripio.
El desarrollo tecnológico de su red también genera optimismo. «Hay países que están desarrollando monedas digitales han optado por crearlas de una forma compatible con la red de Ethereum: es el caso del DREX, el real digital del Banco Central del Brasil», agregó Serrano.
Ethereum también es el emblema de la tokenización, tan en boga en distintas industrias, que optan por tokenizar activos del mundo real (Real World Assets) para ofrecer nuevas herramientas de inversión a pequeños ahorristas.
«Ethereum seguirá siendo dominante, a nivel tecnológico, económico o cultural. Su market cap es aún 8 veces el de Solana y esa diferencia parece insalvable en lo inmediato. No obstante, cripto es un ecosistema que no se mueve sólo por indicadores económicos, y el creciente interés por Solana podría quitarle algo de interés para el ojo público», concluyó Serrano.