El fiscal a cargo de la investigación del joven mendocino de 23 años detenido por crear la popular página Fútbol Libre, Alejandro Mosso, había anticipado la semana pasada que el joven estaba a punto de ser liberado debido a su disposición para colaborar en la causa por violación a la propiedad intelectual.
Finalmente, esto se concretó este lunes 15 de julio: la Justicia determinó que no existe riesgo de fuga, valoró la cooperación del joven y ordenó su liberación. La orden fue emitida por el Juzgado de Garantías N°4 de San Isidro.
Fernando Madeo Facente, de Buenos Aires, y Marcelo Canale, de Mendoza, son los abogados del acusado y habían solicitado su excarcelación. El pedido fue concedido recientemente.
Fueron varios los motivos por los cuales la Justicia Federal decidió otorgarle al creador de Fútbol Libre el beneficio de la libertad mientras continúa el proceso y la investigación. Desde un primer momento se mostró colaborativo con la causa: por ejemplo, aportó datos precisos sobre personas que están detrás de otros dominios ilegales como lo era su página. El no haber entorpecido nunca la causa durante los días que estuvo detenido, además de comprobarse que no estaba recibiendo un beneficio económico considerable por el ilícito que cometía, también fueron importantes para la decisión tomada en San Isidro.
Alejandro Musso, el fiscal en Ciberdelitos que lo investiga, había indicado días atrás que «si bien monetizaba y ganaba dinero, no lo hacía en forma importante. Según él, lo hacía de hobbies y porque se dedica a la informática. Nos dijo en su declaración que es su pasión y lo hacía como un desafío personal. Él, con su visión del mundo, entiende que era necesario que la gente tome la señal gratuita porque le parece que está bien. Actuaba solo: no necesita mucha infraestructura para hacerlo; pero sí mucho conocimiento informático».
Fuentes ligadas a la Justicia Federal consideran que los datos aportados por el creador de Fútbol Libre son totalmente valiosos para poder terminar con estas actividades ilícitas en la Argentina. El hacker brindó nombres, apellidos y ubicaciones precisas de «colegas» suyos.
