Tucumán se polariza rumbo a 2027: Jaldo y Catalán encarnan las dos visiones de futuro

Democracia Locales

La elección legislativa nacional de 2025 será el primer escenario donde se pondrán a prueba las fuerzas del peronismo y los libertarios en la provincia.

La provincia de Tucumán empieza a perfilar un nuevo escenario de fuerte polarización política de cara a las elecciones de 2027. Aunque aún faltan dos años para la renovación del Poder Ejecutivo provincial, el tablero político ya muestra signos claros de reordenamiento. Todo gira en torno a dos polos: por un lado, el peronismo territorial liderado por el actual gobernador Osvaldo Jaldo; por el otro, la figura emergente de Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete del Ministerio del Interior y principal referente libertario en el norte argentino.

La primera batalla será en las elecciones legislativas nacionales de 2025, donde ambas fuerzas medirán músculo electoral con nombres propios al frente de las listas. Tanto Jaldo como Catalán planean jugar fuerte, conscientes de que los resultados marcarán no solo el equilibrio en el Congreso, sino también el tono de la contienda provincial hacia 2027. Será la primera vez que ambas figuras se expongan simultáneamente ante las urnas, cada una representando un proyecto político antagónico.

La polarización no es solo ideológica. También expresa dos modelos de gestión y de poder: Jaldo representa la continuidad de un peronismo con fuerte anclaje territorial, redes de intendentes y experiencia en la administración pública. Catalán, en cambio, encarna una narrativa de ruptura alineada con el presidente Javier Milei, que interpela especialmente a los jóvenes, a los sectores productivos y a una clase media harta del “estado bobo”.

Este escenario cobra especial relevancia en un territorio donde más de un millón de personas habitan ciudades que conforman un entramado urbano consolidado: San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo, Yerba Buena, Banda del Río Salí, Alderetes, Las Talitas y otras localidades clave. En estos centros urbanos comienza a sentirse el tironeo entre el aparato clásico del PJ y los espacios libertarios, que ya trabajan en estructuras locales para dejar de ser solo “fenómenos de redes”.

¿Quién interpretará mejor el pulso social del Tucumán urbano y pospandémico? ¿La maquinaria oficialista o el discurso de ruptura? Las legislativas de 2025 serán el primer gran round de una batalla política que, todo indica, marcará el rumbo provincial hasta 2027.