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San Martín de Tucumán: Abregú, uno de los responsables de la levantada
En la remontada de San Martín y su regreso a la victoria como visitante, hubo un protagonista destacado: Gustavo Abregú. El mediocampista de 25 años se ha ganado un lugar en el equipo dirigido por Pablo Frontini, aportando juego, marca y sacrificio. Abregú, oriundo de San Pablo, recibió a LA GACETA en la casa de su novia, Florencia, y repasó su vida ligada a La Ciudadela.
¿Cómo llegaste a San Martín?
Fue hace casi siete años. Estaba en la escuela cuando un profesor nos animó a probar en el club. Me uní a dos amigos y terminé siendo el único seleccionado. Al principio me burlaron porque era el invitado en esa prueba. Para ser sincero, en ese momento solo lo tomé como diversión y nunca pensé en ser profesional.
¿Tuviste que hacer sacrificios en tus inicios?
Caminaba hasta la parada del colectivo de la línea 100, ya que la parada que solía tomar estaba lejos del club. Afortunadamente, nunca nos pasó nada. Cuando mis amigos dejaron de ir, mi mamá o alguno de mis hermanos me acompañaban.
Muchas personas recuerdan a tu hermano César en el fútbol. ¿El fútbol es una parte importante en tu familia?
Somos cuatro los que elegimos este deporte. Mi hermano César jugaba en San Martín antes que yo, en la misma posición. Después, mi hermano Gabriel comenzó a jugar, pero solo hizo una prueba. Ahora, mi hermano menor, Rodrigo, está jugando en la reserva.
“Ratón” Ibáñez es tu tío. ¿Solías ver sus partidos?
Antes no solía ver mucho a San Martín, pero empecé a interesarme cuando comencé a jugar a los 16 años. El fútbol no me atraía tanto en ese entonces, por eso lo dejé para más adelante.
¿Cuál es tu rutina cuando estás de descanso, como hoy?
Hoy llevé a mi hermano César al médico porque se rompió los ligamentos y lo operaron recientemente. Además, mi mamá, Melina, me hizo mi comida favorita, “sfijas”. Vine a la casa de mi novia, que estaba sola. A veces me da un poco de vergüenza hablar delante de todos mis familiares.
¿Tu familia habla de fútbol en las reuniones?
Hablo un poco de fútbol con mi papá Roque, ya que mis dos hermanos mayores viven aparte. Conversamos sobre San Martín o sobre River, ya que todos en mi casa son hinchas. Le pido a mi mamá que le diga a mi papá que no me cuenten cómo me fue en los partidos.
¿Tu mamá se pone nerviosa al verte jugar?
Sí, por eso no va a la cancha. Se preocupa mucho si me golpean o caigo. Me han dicho que incluso llegó a insultar cuando me pegaron en la cara. Mi papá es quien más me acompaña a los partidos.