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San Martín de Tucumán consiguió un valioso triunfo en Santiago del Estero
La atropellada de Emanuel Dening, tras un excelente centro de Ismael Quilez, fue el momento más destacado de la resurrección de San Martín jugando fuera de La Ciudadela.
El impacto con el hombro del jugador correntino, que selló el marcador 1-0 y desencadenó la euforia de Pablo Frontini y el resto del banco visitante, coronó una actuación prácticamente impecable del equipo.
El San Martín que se presentó en Santiago del Estero parece ser un equipo completamente diferente al apático y desorientado que vagaba sin rumbo por algunos estadios al comienzo de la temporada.
En una agradable noche santiagueña, el “Santo” confirmó lo prometedor que había demostrado hace una semana contra Patronato. Además, empezó a consolidar aspectos que todavía necesita trabajar (y mejorar) para posicionarse como un candidato en la Zona A, donde ningún equipo ha logrado un desempeño perfecto hasta ahora.
El equipo mostró una notable mejoría en varios aspectos. Ahora, el “santo” se sitúa más adelante en el campo, permite mayor libertad a los laterales, ataca con más jugadores y crea superioridad numérica en los sectores más vulnerables para sus rivales.
Se percibe un cambio de actitud, mayor solidaridad y compromiso, además de un aumento en el rendimiento individual de varios jugadores desde la llegada del nuevo entrenador. San Martín fue superior durante todo el partido y apenas sufrió ocasiones de peligro. Si no se fue al descanso con ventaja, fue únicamente gracias a las intervenciones de Juan Pablo Romero, quien realizó una increíble atajada frente a Brian Andrada. No obstante, al “santo” le faltó precisión en el último toque durante esa primera mitad.
La expulsión de Leonel Álvarez simplificó aún más el trabajo del equipo, que desde el inicio del segundo tiempo parecía destinado a lograr la victoria cuando lo deseara.
Sin embargo, una de sus virtudes fue no desesperarse en ningún momento. Controlaron el balón, el ritmo del partido y tuvieron la astucia y paciencia para encontrar el momento oportuno y asestarle a Güemes el golpe final.
La idea no cambió en absoluto tras el gol de Dening. San Martín nunca cedió el protagonismo. Se mantuvo firme en el medio campo, movió la pelota de un lado a otro y buscó hasta el final sentenciar el resultado.
Estuvieron cerca, muy cerca. Dening demostró que no solo es un buen definidor, sino que también participa en la generación de oportunidades de gol. Sin embargo, Nicolás Moreno llegó algo forzado y falló frente a la portería casi en la línea de gol.
Dario Sand apenas tuvo trabajo en la segunda mitad, gracias a la presión constante de San Martín sobre Güemes en su propio terreno. Además, los defensores estuvieron acertados y Gustavo Abregú se convirtió en un verdadero “pulpo” en el centro del campo.
Con una nueva cara y destellos de brillantez, el “santo” puso fin a una racha de seis partidos sin victorias como visitante, sumando su segunda victoria consecutiva