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Los cálculos electorales detrás del acuerdo de Juntos por el Cambio en Tucumán

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El acuerdo de Juntos por el Cambio Tucumán tuvo repercusión nacional. Luego de las rupturas en Neuquén y Río Negro y en plena crisis (recientemente resueltas) en distrtos importantes como Mendoza y Córdoba, la oposición no quería darse el lujo de un fragmentación en la provincia más poblada del norte. Fue por ello que la novela necesitó la intervención de la dirigencia nacional de JxC: Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, dos precandidatos presidenciales, fueron los intermediarios para lograr que Germán Alfaro se bajara de su candidatura a gobernador y aceptara ser el copilto de Roberto Sánchez.

Así lo consigna eldiarioAR en su edición de miércoles, donde hace un recuento de la situación y señalan que “Tucumán se ‘vendió’ como un triunfo puertas adentro“. El jefe de Gobierno porteño fue quien convneció a Alfaro a “dejar a un costado aspiraciones personales” y declinar su candidatura a gobernador.

Según este relato, el acuerdo implicó ganancias para todos. Morales podrá decir en la mesa nacional de la coalición opositora que el radicalismo encabeza la lista en un distrito estratégico; Sánchez, que le ganó la disputa al macrismo y hasta se dio el lujo de ignorar el pedido del mismísimo Mauricio Macri; Larreta que logró lo que no pudo conseguir el ex presidente, una intervención fructífera; y Alfaro se garantizó las mejores condiciones posibles para mantener la intendencia de San Miguel de Tucumán.

De hecho, según el diario citado, habría sido Larreta quien lo convenció de que era el mejor negocio el de ceder la cabeza de la lista a cambio de que la senadora Beatriz Ávila sea la única postulante de JxC en la capital. “Es difícil ganarle al oficialismo con Jaldo y Manzur, así que un poco Horacio le dijo a Alfaro que se asegure la capital, para seguir construyendo desde allí”, afirma eldiarioAR que fueron las palabras del alcalde porteño a su par tucumano. “Incluso”, agrega, “le comentó que se puede pensar en un lugar para él en el próximo gobierno”.

La otra opción que tiene el intendente es pedir una compensación en las elecciones nacionales y encabezar él la lista de diputados nacionales, con lo que prácticamente se aseguraría entrar a la Cámara Baja (ir a las PASO en esa instancia, luego de una campaña como segundo de Sänchez, sería jugar en desventaja). En el mejor de los casos, el PJS terminaría teniendo la intendencia a cargo de Ávila, un diputado nacional (el propio Alfaro) y conservaría un senador en el Congreso Nacional, ya que debería asumir Rolando “Tano” Alfaro en lugar de la esposa del intendente. En el peor escenario, es decir que Rossana Chahla le arrebate la municipalidad, Alfaro y Ávila podrían establecerse en el Congreso y construir desde ahí.

Queda por ver si el candidato a vicegobernador busca la opción de encabezar en la elección nacional o si pone sus fichas en un triunfo larretista en octubre (o en noviembre, si hay segunda vuelta) y apuesta a que se concrete el llamado para formar parte del Poder Ejecutivo Nacional.

@El Tucumano

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