Policiales
El juicio por Luis Espinoza comienza el 3 de octubre: Hay 9 policías y 2 civiles imputados


Luis Espinoza, una de las tantas muertes por parte del abuso de las fuerzas policiales en el país durante la pandemia, al fin tendrá su juicio.
El caso, que comenzó con una denuncia de desaparición, terminó de la peor manera y fue de lo más resonante a nivel nacional.
Según la crónica, el hecho policial comenzó el 15 de mayo de 2020, mientras el país se encontraba transitando una cuarentena por el brote del virus COVID-19, Luis Espinoza fue encontrado por la policía en la localidad de Simoca, donde se estaba desarrollando una carrera de caballos ilegal, en infracción además a la cuarentena. La víctima se encontraba en los alrededores del predio cabalgando junto a su hermano Juan, en el momento en que nueve agentes de la fuerza policial y un vigilante municipal arribaron con el objetivo de impedir la realización de la carrera.
Al menos cuatro de los efectivos policiales forcejearon con Juan; al involucrarse Luis en la disputa, cayó de su caballo y corrió, siendo impactado -por la espalda- por un proyectil disparado por un policía. La bala ingresó por su omóplato izquierdo, perforándole el pulmón.
Posteriormente, el cuerpo de la víctima fue trasladado a la comisaría de Monteagudo, donde permaneció cuatro horas, siendo atado a la base de un mástil, desnudado, y preparado para su posterior desaparición. Se envolvió su cuerpo en una frazada, bolsas de residuos y cintas de embalar, además de una soga que fue utilizada para manipularlo. Falleció en algún momento entre el disparo y el traslado a la dependencia policial.
Salió de la comisaría en el baúl del auto de Rubén Montenegro, subcomisario de la dependencia, y se lo trasladó 120 kilómetros a un barranco en la frontera con la provincia de Catamarca, donde fue arrojado.
El 16 de mayo de 2020 su familia intentó hacer la denuncia de desaparición en la mencionada comisaría, donde se les negó la posibilidad de hacerlo antes de las 72 horas de la desaparición. Luego de varios días, tras una investigación en la que efectivos policiales declararon haber hecho un pacto de silencio e informaron la ubicación del cuerpo, se lo encontró en la localidad de La Banderita, en la provincia de Catamarca. El cuerpo fue encontrado el 22 de mayo de 2020 en un acantilado con profundidad de 150 metros.
Una vez encontrado el cuerpo, la autopsia y posterior peritaje balístico determinaron que la bala causante de la herida mortal provenía de una pistola reglamentaria Jericho 941 (arma táctica israelí 9mm) perteneciente a José Morales, uno de los policías acusados