Un policía denunció que le propusieron ir a balear la casa de Facundo Ferreira

Un miembro de la Policía de la Provincia se presentó ante la Fiscalía que investiga la muerte de Facundo Ferreira para poner en su conocimiento que le habían ofrecido un trato: solucionarle un problema judicial a cambio de que él vaya a la casa de los familiares del niño, “haga disparos” y los amenace.

El hecho ocurrió, según el policía denunciante, el 26 de junio, pero recién tomó estado público hoy. El hombre (su identidad se reserva para preservar su seguridad), se presentó el viernes 29 de junio en la Fiscalía VIII, a cargo de Adriana Giannoni, para denunciar lo ocurrido. Era el día en que debía responder si aceptaba o no la propuesta.

Facundo Ferreira murió de un disparo policial en
la nuca la madrugada del 8 de marzo. La Policía
informó que el niño, de 12 años, había disparado
contra la policía pero las pericias terminaron
desmintiendo esa versión. 

El hombre contó que tres días atrás, cuando estaba realizando tareas de vigilancia, se acercó un móvil que él identificó como del 911. Adentro, iban dos miembros de la fuerza y él sólo reconoció a uno, que le propuso el trato. Le dijo que sabía que él tenía un “quilombo” y le anticipó que se lo podía solucionar. En efecto, el denunciante se encuentra en situación de “pasivo por proceso” por una causa penal en la que es investigado por la Justicia. Eso significa que está cobrando la mitad del sueldo.

“Te la hago corta, no tengas miedo ni nada, no venimos por vos. Te vengo a hacer una proposición, yo sé que andás con todo el quilombo y que querés volver a la Policía y tenemos la solución para vos”, le dijo el uniformado del 911, según la denuncia que quedó agregada a la causa. “Por el tema ese del pendejo están enquilombizados, que lo han matado en El Bajo”, agregó, siempre según su relato.

A continuación, el policía le explicó que podía solucionar el tema por el que él estaba siendo investigado: “le tiran el muerto a otro en tu causa y volvés a trabajar en la Policía”, asegura que le dijeron. Entonces, le explicaron lo que debía hacer a cambio. “Mirá, te la hago sencilla para que vos pienses. Los changos tienen el quilombo y me pidieron que te diga que te van a dar un arma para que vayas a la casa de estas personas, los amenaces y hagas disparos y les digas que no se tienen que meter con la Policía”, denunció que le propusieron y le ofrecieron tiempo hasta el viernes para pensarlo.

Luego, señaló el denunciante, se despidieron, pero los policías del 911 lo siguieron en el móvil algunas cuadras hasta que ambos se detuvieron. Agregó que en ese momento, el policía se bajó del auto y le dijo: “pensalo, mirá que esto es en beneficio tuyo, yo tendría que estar hace rato en situación pasiva y mirá cómo me solucionaron el problema”. Luego, se fue.

El hombre aseguró ante la fiscal que quedó muy preocupado porque, en caso de negarse a aceptar el trato, su familia podía correr peligro. “No sé qué pueden hacer, saben dónde vivo, dónde estudian mis hijos y la Policía cuando quiere hacerte daño, te hace daño”, explicó en la Fiscalía. En la denuncia, aportó datos precisos sobre la identidad de quien le propuso el acuerdo, el lugar y el modo en que ocurrieron los hechos, además de ofrecer una prueba de una cámara de seguridad. Pidió, además, una restricción de acercamiento para él y su familia.

Esta denuncia, entre otros elementos, habían sido esgrimidos por la fiscal Gianoni para pedir la detención de los policías imputados, Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca. El primero es el presunto autor del disparo mortal y el segundo, es quien manejaba la moto en la que persiguieron a los jóvenes. Lo hacía bajo los efectos de la marihuana y, probablemente, la cocaína y también efectuó disparos. Sin embargo, el juez Víctor Rougés consideró que no existía “riesgo procesal” y rechazó el pedido de detención, por lo que ambos agentes están en libertad y continúan trabajando en la Policía, aunque en tareas administrativas.