Sociedad
El perfil del sospechoso de matar a Abril Sosa


La menor apareció sin vida en un bolso deportivo abandonado en un terreno baldío.
Daniel Alberto Ludueña, de 35 años, es el principal sospecho de asesinar a Abril Sosa.
Ludeña está separado y sus hijos no viven con él. Amante de las selfies, tenía un alto perfil en redes sociales y el 90% de sus amigos en Facebook son mujeres. Una de ellas es la mamá de la nena que el lunes apareció muerta en un baldío de Córdoba.
“???l era una persona que hacía changas, trabajos ocasionales, y vivía como cualquier persona normal del barrio”?, dijo en declaraciones radiales, uno de los vecinos del acusado.
Ludeña está detenido desde el lunes a la noche. Fue justo después de las 19, cuando el cadáver de la nena -completamente vestido- fue hallado a 10 cuadras de su casa, en General Bustos.
Abril había desaparecido el sábado a la noche, en medio de la tormenta, mientras jugaba frente a su casa.
El presunto asesino no sólo vivía a 50 metros de la casa de la familia Sosa.
Según fuentes de la causa, Ludeña era amigo del papá de Abril. “??Me ayudó a buscar a mi hija es una persona con una mente enferma”?, dijo Cristian Sosa, el padre de la nena, en declaraciones radiales.
Los perros de la División Canes marcaron rastros de Abril en la pieza de la pensión donde vive el detenido. Aunque no tiene validez procesal, él mismo confesó. Demorado en la Jefatura de Policía, admitió el crimen y dio datos para encontrar el cuerpo. “??Se quebró y dijo que la violó y ahorcó”?, dijeron tres voceros de la causa al diario La Voz.
La reconstrucción de las últimas horas de Abril indicaría que D. L. la engañó para llevarla a la pensión en la calle Tissera al 483. Hay testigos en la causa que declararon que, horas antes, lo vieron comprando un lápiz labial y unos aros.
Las pericias forenses no están listas. Pero ya sea por el abuso sexual con acceso carnal o no, según los investigadores, ese fue el motor del rapto. El albañil creyó que con la nena muerta y deshaciéndose del cuerpo, podría borrar las huellas de lo que había hecho.
Fuente: Telam